Este tema representa el aspecto más importante para cualquier profesional que propone diagnosticar y tratar la celulitis. Por lo tanto, es la base fundamental para el diagnóstico y para el tratamiento de esta condición clínica.

Cuando analizamos una patología debemos identificar los cambios histológicos que causa. De esta forma, cuando analizamos datos histológicos de la celulitis identificamos que el local de interferencia es en el espacio intersticial. Inicialmente ocurre el acumulo de líquidos en el espacio intersticial, después evoluciona hacia la concentración de los productos de ese espacio y finalmente puede evolucionar hacia los aspectos fibróticos.

Otro aspecto es la evolución dinámica del proceso donde la interferencia fisiopatológica se va desarrollando. Cuando analizamos el sitio funcional de la fisiopatología de la celulitis identificamos que el proceso ocurre en el espacio intersticial. De esta manera, la dinámica de los fluidos de ese espacio tiene dos destinos: cerca de 90% capilares venosos donde pasan por una nanofiltración y cerca del 10% que retorna por los capilares linfáticos donde pasan por una "filtración" en los ganglios linfáticos.

Cuando identificamos las estructuras funcionales en la formación de la celulitis identificamos que el lugar de falla es el sistema linfático. De esta forma, Godoy & Godoy propusieron como base fisiopatológica final en el proceso de celulitis una linfomasa regional y como consecuencia una alteración funcional de ese sistema. El estudio clínico confirma esta hipótesis, por lo tanto definiendo una parte de toda fisiopatología de la celulitis.

Otras interferencias observadas en estos últimos años muestran alteraciones de polimorfismos genéticos. El estudio monstra un papel independiente de la ACE y HIF1A en la predisposición a la celulitis, pudiendo proporcionar nueva información sobre la fisiopatología de este problema. Las mujeres fumadoras con cambios en la ACE tienen una prevalencia mayor de celulitis que a no fumadores. El hecho de ocurrir exclusivamente en las mujeres sugiere interferencia fisiopatológica hormonal. De esta forma, se identifica que los aspectos fisiopatológicos son multifactoriales en la celulitis.

De esta forma, cuando empleamos el Método Godoy de tratamiento de la celulitis, estamos interfiriendo en parte del proceso fisiopatológico, que permite la reversión del cuadro clínico. Sin embargo, no interferimos en la dinámica fisiopatológica que interfiere en la linfomasa. Sin embargo, estamos interfiriendo en los mecanismos que llevan a cambios en el relieve cutáneo y subcutáneo.